miércoles, 14 de mayo de 2014

Síndrome Fatiga Crónica...Qué es?...

    A propósito de otro caso, os hablaré un poco de otra enfermedad, conocida en un principio como Síndrome (unión de varios signos y síntomas), pero con los años ha tenido entidad suficiente como para tener el reconocimiento de enfermedad con entidad propia, y no es otro que el Síndrome de la Fatiga Crónica (SFC).

    ¿Qué es este síndrome o enfermedad?

    La denominación “Síndrome de fatiga crónica” es inespecífica, pero adecuada para una enfermedad entre cuyos muchos síntomas existentes,  la fatiga y el agotamiento son los más llamativos y constantes.

    Pero… ¿La fatiga es siempre tan grave e invalidante?

    Siendo la fatiga probablemente el síntoma más extendido, es el más grave sólo en la mitad de los pacientes. Para los demás el síntoma más severo son las cefaleas, los dolores musculares, los dolores articulares, los trastornos de la visión, las perturbaciones emocionales, la pérdida de memoria, la confusión, el dolor en los ganglios linfáticos o el dolor abdominal.

Entonces… si un paciente con Síndrome de Fatiga Crónica no puede trabajar, por qué es?

    Pues bien, cada síntoma por separado puede presentarse con mayor o menor intensidad, pero el cuadro conjunto permanece notablemente invariado. La suma de todos los síntomas puede ser totalmente incapacitantes y persistir durante años.

¿Cómo la diagnosticamos? ¿Hay pruebas que nos indiquen que estamos ante un SFC?

    Al igual que el examen físico, las pruebas de laboratorio y otras pruebas diagnósticas complementarias sólo descubren anomalías mínimas o ninguna. Estamos ante una enfermedad que afecta a todos los sistemas corporales y al mismo tiempo produce muy pocas lesiones. Por lo que el diagnóstico, a fecha de hoy, es meramente clínico; pero eso no quita que en un futuro, aparezcan pruebas que confirmen dicha patología… habrá que esperar…

    A parte de la fatiga y el agotamiento, ¿Qué más síntomas podemos tener?

    Las personas que padecen SFC pueden tener múltiples síntomas, como veremos a continuación, haciendo constar una estimación aproximada del porcentaje de pacientes que presentan cada síntoma (los que ocasionan mayor sufrimiento a los pacientes van marcados con un asterisco (*)):

·      Generales: Fatiga o agotamiento 95 % *; Dolor de cabeza 90 % *; Malestar general 80 % *; Dolor en los ganglios linfáticos 50 % *; Fiebre o sensación de fiebre 85 % ; Escalofríos 30 % ; Sudores nocturnos 50 % ; Aumento de peso 40 % ; Palpitaciones 55 %; Disnea 30 %; Hinchazón de las extremidades o de los párpados 20 %; Escozor al orinar 20 %; Disfunción sexual 20 %; Caída del cabello 20 %.
·      Osteo-musculares: Dolor muscular 75 % *; Dolor en las articulaciones 65 % *; Debilidad muscular 30 % 
·     Neurológicos: Falta de sueño reparador 90 % *; Pérdida de la memoria reciente 80 % *; Dificultad para concentrarse 70 % *; Adormecimiento y/o hormigueo en las extremidades 60 %; Desmayos 40 %;  Torpeza 30 %
·     ORL: Dolor de garganta 50 % *; Trastornos del equilibrio 30 %; Mareo 75 % ; Vértigo 30 %; Sensación de sabor amargo o metálico 25 %
·     Digestivos: Dolor abdominal 60 % *; Diarrea 50 %; Estreñimiento 40 %; Meteorismo 60 %
·     Psiquiátricas: Depresión 65 % *; Crisis de ansiedad 30 %; Insomnio 65 %
·    Oftalmológicos: Dolor ocular 30 % ; Irritación ocular 60 % ; Visión borrosa 80 % ; Visión doble 10 % ; Sensibilidad a las luces intensas 80 %
·     Dermatológicas: Ronchas y enrojecimiento en la cara y las mejillas 40 %
·     Inmunitarias: Alergias 60 % ; Sensibilidad a sustancias químicas 25 %

    Una lista de síntomas del SFC puede conducir a engaño, dado que a primera vista parece como si casi todos los síntomas posibles pudieran entrar en ella.  Pero el paciente que refiere estos síntomas no los enumera al azar, antes bien componen un cuadro de perfiles muy definidos que resulta casi idéntico de un paciente a otro. El cuadro sintomático es tan reproducible en los casos típicos que los pacientes saben diagnosticar el SFC en otros al instante…

    El final del caso; la paciente en cuestión tuvo una sentencia favorable, donde se le reconocía una Incapacidad Permanente Absoluta; aunque es verdad, que esta enfermedad acompañaba a otras, aunque esta era la principal…

jueves, 1 de mayo de 2014

SÍNDROME QUÍMICO MÚLTIPLE: EL PRECIO DE LA MODERNIDAD
 

    A propósito de otro caso, de una paciente con pluripatología  importante; con Fibromialgia, Fatiga crónica y Síndrome químico múltiple; en la que litigábamos para la consecución de una Incapacidad Permanente, os hablaremos de una enfermedad que por desgracia, cada vez es más frecuente, el Síndrome Químico Múltiple (S.Q.M.)… ¿Lo conocéis?...
    En dicha enfermedad, la persona afectada pierde la tolerancia a sustancias químicas presentes en el medio ambiente, y que habitualmente son toleradas por otras personas.
    Es conocida como patología de “dosis bajas”; y se desencadena en personas con una predisposición genética similar a la de la Fibromialgia y al Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), a partir de exposiciones a sustancias químicas, casi siempre en concentraciones que no son consideradas tóxicas por la toxicología clásica.
    Para el diagnóstico de dicha patología, hay seis criterios consensuados, conocidos como Criterios de Bartha, establecidos en 1989 y revisados en 1999, y que son:
·         Condición crónica
·         Los síntomas se reproducen con una exposición química repetida
·         Los síntomas se reproducen como el resultado de exposiciones a niveles más bajos que los previamente tolerados
·         Los síntomas aparecen frente a múltiples sustancias sin relación química
·         Los síntomas mejoran o se resuelven cuando las sustancias químicas incitantes son eliminadas
·         Y están afectados múltiples órganos del cuerpo
    Los síntomas pueden ser desde leves hasta graves y incapacitantes; como en el caso de nuestra paciente, a la que le reconocieron una Incapacidad Permanente Absoluta.
    Los síntomas más comunes son: fatiga, afectación cognitiva (problemas de memoria, falta de concentración, etc.), dolor muscular y problemas gastrointestinales. Otros síntomas incluyen: problemas respiratorios, dermatológicos, cefaleas, sensibilidad visual y auditiva y muchos otros.
    Aparte de estos síntomas invalidantes, las personas con SQM tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes de la tiroides y otras como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple.
    Una posible señal de que la persona podría tener Síndrome químico múltiple es que percibe olores que el resto de la población no huele.
    La prevalencia de esta enfermedad varía según su severidad. La forma más grave afecta al 0,75% y se constata que la prevalencia de esta enfermedad está en aumento debido a la creciente presencia de tóxicos en la vida cotidiana. Las investigaciones demuestran que las sustancias químicas que desencadenan las SQM incluyen pesticidas, perfumes, suavizantes, productos domésticos de limpieza, ropa y materiales de construcción y, especialmente, en los espacios interiores, ambientadores.
    Las SQM son diferentes de las alergias. Las alergias son una reacción inmunológica mientras que las SQM son una reacción multisistémica en la que el Sistema Nervioso Central desempeña un papel fundamental.
    Las SQM se solapan con la Fibromialgia y el SFC, de forma que muchas de las personas que tienen estas dos enfermedades también tienen un problema de sensibilidad química. Como en los casos de la Fibromialgia y en el SFC, en las SQM la bioquímica del paciente está alterada, lo que aumenta la complejidad de esta enfermedad. Para no empeorar, las personas con Síndrome químico múltiple o FM y SFC con SQM añadido necesitan eliminar la mayor cantidad posible de productos químicos de su entorno y su dieta.
    Dado que la presencia de productos químicos es difícil de controlar fuera del hogar, las personas con SQM tienden a quedarse bastante tiempo encerradas en sus casas y tienen muchas limitaciones respecto a donde pueden ir. Aunque es recomendable que las personas con SQM lleven puesta una mascarilla de filtro de carbón fuera de sus casas, no es suficiente para protegerlas de los tóxicos.
    Este aislamiento es además, como lo define el gobierno canadiense, un grave ataque a los derechos humanos de la persona con SQM… Quizás algo deberíamos cambiar… ¿Quizás volver a los alimentos ecológicos?... ¿Limitar sustancias químicas en la agroindustria y en la industria alimentaria?... ¿Ser más exigentes como consumidores?... ¿Copiar normativas de otros países?.. Y mientras ¿Qué?... Mañana puede ser a ti a quién te la diagnostiquen…