A propósito de un caso de una señora sexagenaria,
por la que tuvimos que llegar a juicio hace unos meses, debido a que no podía
realizar su trabajo habitual, os vamos a explicar, no el caso, sino dicha
enfermedad…
¿Conocéis la enfermedad llamada
Camptocormia? ¿No? Pues os explicaremos que…
La Camptocormia es un síndrome que se
define por primera vez en 1915, por un neurólogo francés, al estudiar soldados
que intentaban rehuir del campo de batalla durante la 1º Guerra Mundial, describiendo
un trastorno conversivo postural caracterizado por la flexión permanente del
tronco durante la bipedestación y la marcha que desaparecía en decúbito dorsal.
Hasta la década de 1990, estaba considerada
como una enfermedad de origen psiquiátrico, y es a partir de nuevos estudios,
que se considera una base orgánica (afectación de la musculatura paravertebral);
diferenciándose la Camptocormia y la Comoptosis (cifosis y dolor lumbar en
jóvenes de etiología psiquiátrica).
Es
una enfermedad de afectación muscular, poco frecuente, aparición tardía (por
encima de los 50 años) y más frecuente en mujer (4/1). Se caracteriza por
lumbalgia crónica, asociada a cifosis secundaria a debilidad de la musculatura
paravertebral lumbar; cifosis que se incrementa con la fatiga y que es
reductible completamente con decúbito supino (tambado boca arriba) y con la
imposibilidad de los pacientes para realizar una Hiperextensión del tronco en
bipedestación; en algunos casos se asocia a un déficit moderado de la
musculatura escapular y pelviana. Con frecuencia hay antecedentes familiares.
Los signos y síntomas que podemos observar
son: Flexión
de tronco: síntoma principal, tanto de pie como sentado y aumenta con
la marcha, y reductible con decúbito; Marcha
antropoide: aspecto horizontal de la espalda, semiflexión de rodillas,
brazos colgantes con balanceo simiesco al caminar; Hiperextensión del cuello: compensatoria para poder mirar al
frente estando de pie; Signo de manos
en los bolsillos: es compensatorio, poniendo brazos extendidos y fijos
para mantener erguido el tronco y el Dolor
lumbar.
Para su diagnóstico es imprescindible que
dicha clínica mencionada anteriormente se acompañe de criterios tomodensitométricos
e histológicos. Los tomodensitométricos nos confirmarán un volumen muscular
normal, con hipodensidad e infiltración grasa, heterogénea, de la musculatura
paravertebral de predominio distal (D10 a L5). Los histológicos nos revelan una
fibrohialinosis endomisial.
El diagnóstico diferencial se hará con
patología degenerativa de columna (espondiloartrósis, osteoporosis con
aplastamientos vertebrales múltiples), con la Espondiloartritis anquilosante,
con la Espondilodiscitis o con Miopatías generalizadas (distrofias musculares
hereditarias o miopatías inflamatorias).
La electromiografía muestra un patrón de
miopatía que sugiere una miopatía generalizada.
El tratamiento se ha intentado con
corticoides orales con respuesta aceptable y como medida paliativa el uso de un
carro de marcha (“burrito”), con algo de mejoría de la postura.
Por cierto, el juez le reconoció una
Incapacidad Permanente Absoluta….
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